La trazabilidad de un producto es el conjunto de acciones y procedimientos que permiten conocer y registrar el origen, la ubicación y el recorrido de un producto a lo largo de la cadena de suministro, desde su producción hasta su consumo final.
La trazabilidad es una herramienta clave para garantizar la calidad, la seguridad y la transparencia de los productos, así como para facilitar su gestión logística y su control sanitario.
¿Qué beneficios tiene la trazabilidad de un producto?
La trazabilidad de un producto ofrece múltiples beneficios tanto para los productores, los distribuidores, los consumidores y las autoridades competentes. Algunos de estos beneficios son:
- Mejora la calidad de los productos, al permitir identificar y corregir posibles defectos, errores o incumplimientos de los estándares de calidad establecidos.
- Aumenta la seguridad de los productos, al facilitar la detección y la retirada de productos defectuosos, contaminados o falsificados, así como la prevención y el control de riesgos sanitarios.
- Refuerza la transparencia de los productos, al proporcionar información veraz y completa sobre el origen, la composición, el tratamiento y el recorrido de los productos, lo que permite al consumidor tomar decisiones informadas y responsables sobre su compra y consumo.
- Optimiza la gestión logística de los productos, al mejorar la eficiencia, la trazabilidad y la visibilidad de los procesos de producción, almacenamiento, transporte y distribución de los productos, lo que reduce los costes, los tiempos y los desperdicios.
- Cumple con la normativa vigente, al adaptarse a los requisitos legales y regulatorios que exigen la trazabilidad de determinados productos, especialmente los alimentarios, los farmacéuticos y los sanitarios.
¿Qué elementos intervienen en la trazabilidad de un producto?
Para implementar un sistema de trazabilidad de un producto se requieren tres elementos fundamentales:
- Un identificador único que permita distinguir cada producto o lote de productos de forma inequívoca y que contenga información relevante sobre el producto, como su nombre, su fecha de caducidad, su número de lote, etc. Este identificador puede ser un código de barras, un código QR, un chip RFID o cualquier otro sistema de identificación automática.
- Un soporte físico que permita almacenar y transmitir el identificador único del producto, como una etiqueta, una pegatina, un envase, etc. Este soporte debe ser resistente, legible y compatible con el producto y el medio en el que se encuentra.
- Un sistema informático que permita registrar, almacenar, consultar y compartir la información asociada al identificador único del producto, como su origen, su ubicación, su recorrido, etc. Este sistema puede ser una base de datos, una plataforma web, una aplicación móvil o cualquier otro sistema de gestión de datos.
¿Cómo se realiza la trazabilidad de un producto?
La trazabilidad de un producto se realiza mediante el seguimiento de tres tipos de trazas:
- La traza de origen que permite conocer el origen del producto, es decir, de dónde proviene, quién lo produce, cómo se produce, qué materias primas se utilizan, etc.
- La traza de proceso que permite conocer el recorrido del producto, es decir, por dónde pasa, quién lo manipula, cómo se manipula, qué tratamientos se le aplican, etc.
- La traza de destino que permite conocer el destino del producto, es decir, a dónde va, quién lo recibe, cómo se recibe, qué uso se le da, etc.
Estas tres trazas se registran y se vinculan mediante el identificador único del producto, que se lee y se actualiza en cada punto de control de la cadena de suministro, desde el productor hasta el consumidor final.
De esta forma, se genera un historial completo y detallado del producto, que se puede consultar y verificar en cualquier momento.
Ejemplo práctico de trazabilidad de un producto
Un ejemplo práctico de trazabilidad de un producto es el caso de la carne de vacuno.
Según la normativa europea, la carne de vacuno debe estar identificada y trazada desde su nacimiento hasta su consumo. Para ello, se utilizan los siguientes elementos:
- Un pasaporte que contiene la identificación individual del animal, como su número de identificación, su fecha de nacimiento, su sexo, su raza, etc. Este pasaporte se emite cuando el animal nace y se actualiza cuando el animal se traslada, se vende o se sacrifica.
- Un crotal que es una etiqueta que se coloca en la oreja del animal y que contiene un código de barras con el número de identificación del animal. Este crotal se lee en cada punto de control de la cadena de suministro, como el matadero, el centro de despiece, el almacén o el punto de venta.
- Un etiquetado que es una etiqueta que se coloca en el envase de la carne y que contiene información sobre el producto, como su número de lote, su fecha de caducidad, su categoría, su origen, etc. Este etiquetado se lee en el punto de venta y se muestra al consumidor.
De esta forma, se puede conocer y verificar el origen, el recorrido y el destino de la carne de vacuno, lo que garantiza su calidad, su seguridad y su transparencia.